jueves, 16 de abril de 2009

un día en mi vida....


Pido disculpas a mis amigos bloggeros, no bloggeros, gatunos, linguistas y de gamínides por no haber cubierto sus expectativas en mi post anterior. Lamentablemente en la vida de cada persona hay episodios divertidos y no tan divertidos pero todos forman parte de las experiencias de cada uno. Como expliqué en mi primer post, el objetivo de este blog es transmitir mis experiencias (ahora que me encuentro en el ocaso de mi vida) a las nuevas generaciones.

Después de esta breve digresión les contaré ahora como transcurren mis días frente al mar de Totoritas.

Como muchos de ustedes ya sabrán, después que fui despedido de mi último trabajo en una empresa trasnacional conseguí ganarme la vida (y asì mantener a mi extensa familia) limpiando casas en Totoritas.

Si alguien se pregunta si me averguenzo de hacer eso, le contestaré con un rotundo: NO!.... verguenza me daría quedarme de brazos cruzados y no ganarme el pan diario con el sudor de mi frente.

Tampoco me da grima trabajar a esta edad pues tengo que pagar los estudios de mis 4 hijos mayores fuera del país (están haciendo su maestría en prestigiosas universidades de la Ivy League). Así como mantener a mi esposa que 4 veces al año viaja a hacer compras a Miami.

Pero bueno, veo otra vez que en el afán de compartir hasta el último detalle de mi vida me desvío del tema de este post que es contarles como es un día normal en mi vida en Totoritas.

En primer lugar, mi día de trabajo se divide en dos turnos. En el turno de la mañana trabajo solo dos horas y limpio una casa a profundidad. En la tarde me dedico a pasear con mi esposa y mientras tanto ofrezco mis servicios para el día siguiente.

Muchos se preguntarán como puedo pagar los estudios de mis hijos y los viajes de mi esposa limpiando casas???.. la respuesta es sencilla. Todo radica en que te tomes tu trabajo en serio. En lo profesional que puedas llegar a hacer para diferenciarte de la competencia.

En mi caso, y me vanaglorio de eso, no me conformo (como muchos) es hacer una limpieza superficial. Mi especialidad es hacer una limpieza profunda. Barro con el polvo, la suciedad, los electrodomésticos, joyas, dinero, cuadros, libros, artesanías, ropa de marca, zapatillas de marca, muebles, cómodas, sofás, mascotas (de raza, a los chusquitos no los toco), etc, etc... Cuando termino parece que fuera una casa que se ofrece para alquiler pues nada harìa sospechar que hace sólo un par de horas esa casa bullía de vida.

Cuando los dueños (o inquilinos) regresan, generalmente les entra la duda de si se equivocaron de casa o simplemente olvidaron de amoblarla o dejaron los muebles en Lima. Empiezan luego las recriminaciones mutuas del tipo: "yo te dije que trajeras el televisor!!", "pero estoy seguro que lo traje!!!". .y asì entre gritos, insultos y lamentos, nadie se pone a pensar que han sido víctimas de una limpieza profunda.

Como escribí líneas arriba, este trabajo me dura aproximadamente dos horas. En la tarde, me dedicó a revender (generalmente a los nuevos inquilinos) los objetos que horas antes he "limpiado" de la misma casa.

Algunas veces me quedo con algunos artículos. Como en el caso de la laptop en el que escribo mis aventuras, o con las zapatilas nike, o con mi camisa lacoste.

Felizmente, creo haber acumulado lo sufiente para llevar una vida sin privaciones pero como detesto quedarme inactivo, sigo con este lucrativo negocio de limpieza hasta que acabe la temporada veraniega. Luego decidiré si me mudo a ofrecer mis servicios en otra playa. En ese caso deberé cambiar el nombre de este blog.

Pido a mis lectores que si conocen de alguna casa que necesite ser limpiada contacten conmigo. Prometo entregarles el 10% de la utilidad neta.

martes, 14 de abril de 2009

Yo (también) fui Millonario 2


Ahora les contaré de la vez que fui millonario. Pero antes de empezar quiero agradecer la expectativa que ha generado este post, en especial entre mis nuevos amigos gatunos (serán habitantes de Gamínides?).
Corría el año 1996 cuando el pozo acumulado de la Tinka ascendía a casi US$ 1,0000'000,000.00 (y no lo escribo en letras porque sencillamente sólo aprendí a escribir hasta el número 10 -dies- en el colegio privado en el que realice mis estudios escolares). Eso fue hace antes de que la Tinka fuera comprada por un ciudadano del Poloponeso casado con una presentadora peruana y nunca más saliera un ganador (y lo que nadie puede explicar es como el pozo acumulado se íba reduciendo semana a semana sin que ninguna autoridad peruana se pronunciara al respecto).
Durante todo ese año esperaba con ansías el domingo en la noche para ver la transmisión del concurso en vivo. Nunca acertaba un sólo número ganador, por más que aprovechara todas las promociones (3x4, 4x5, 5x6, etc.... y no me pidan los resultados de esas multiplicaciones porque en el colegio privado en el que estudie sólo me enseñaron a sumar y a restar...). Mi sueño secreto, si es que resultaba ganador, no era el dinero en sí que íba a obtener.... sino que iba a ser libre de aparecerme en la oficina el lunes muy tarde, dirigirme hacia la oficina de mi jefe, subirme a su escritorio, bajarme el pantalón y dejarle un simpático recuerdo. Luego lo miraría a los ojos y le diría: "renuncio".

Como nunca ganaba me quedaba el consuelo (a mi y a casi todo el país) de que nadie se había llevado el pozo y se acumulaba para que yo pudiera llevármelo la siguiente semana.
Esta agonía continuo hasta el día en que finalmente resulté ganador. Todavía recuerdo la noche en que me quedé sin habla frente al televisor. Mi esposa, que conoce casi todas mis excentricidades, pensó que me estaba haciendo el payaso, pero luego se preocupó cuando al día siguiente seguía en la misma posición. A los lectores que esperan un desenlace del tipo: "gané pero perdí el boleto en el pantalón que mi esposa llevó a la lavandería" o "justo ese día le encargué a mi hijo comprar la combinación de números que siempre compraba pero se olvidó" les adelantó que están equivocados. Gané la Tinka. Conservé el ticket y cobré el premio.
Lo primero que hice al recuperarme fue pedirle a mi esposa que cocine una deliciosa sopa juliana y un rico tacu tacu con su pescado frito acompañado con su chicha de jora bien fermentadita. Obviamente no estaba celebrando como algunos lectores avispados se estarán dando cuenta. Estaba preparando mi tan ansiada venganza laboral. Camino al trabajo entré a una farmacia y pedí un laxante que fui tomando como quien toma un refresco mientras entraba al edificio donde trabajaba. Demás está decir que no logré salir del ascensor pues tuve un incoveniente que me llevó directamente a la clínica. Estuve internado una semana alimentandome por vía intravenosa. Luego me enteré que durante esa semana fui la persona más odiada del trabajo pues por más que el personal de limpieza se esmeró, todos (hasta el gerente) tuvieron que utilizar la escalera de servicio.
Cuando me dieron de alta decidí que no valía la pena vengarme. Simplemente dejé de ir a la oficina.
Muchos se preguntarán.... y qué hizo al final con el dinero?.. .còmo lo perdió????... la culpa lo tuvieron los p******* asiáticos y los malditos rusos!!!. Pues, pensando en maximizar mis ganancias invertí lo ganado en la bolsa de valores. Al año siguiente los rusos dejaron de pagar su deuda externa y se produjo el Crack de Wall Street del año 29. Como todo el mundo sabe, producto de esa crisis muchos banqueros y millonarios resultaron arruinados. Entre ellos, el que escribe estas líneas.

Lo único bueno de todo esta historia es que pude recuperar mi trabajo. Me contrataron como limpiador del edificio luego que las dos esforzadas señoras que realizaban esa labor renunciaron por razones estrictamente personales una semana después que dejè de ir al trabajo.
Esa experiencia (brindando el servicio de limpieza) me sirve hasta a la actualidad, pues como todos saben ahora me gano la vida limpiando casas de playa en Totoritas.

domingo, 12 de abril de 2009

Yo (también) fui Millonario

Estimados amigos, en mi próximo post (en construcción) les contaré de la vez que gané la Tinka. No se preocupen que esta semana sabrán de este emotivo episodio en mi vida.