miércoles, 4 de febrero de 2009
Mi Primera Moto
Si hay algo de lo que me enorgullezco es de haber tomado poquísimas veces una combi o un bus en mi vida. Después que los tranvías salieron de circulación por oscuros intereses mercantilistas me prometí hacer uso lo menos posible del transporte público. Como en esa época aún era estudiante de una gran unidad escolar decidí comprarme una moto. Cuando fui a la tienda (en ese entonces sólo las distribuía Mavila) me dí con la sorpresa de que el costo de la moto más barata excedía laaaargamente mi exiguo presupuesto. Cuando les pedí a mis padres que quería que me compren una moto me lanzaron tal mirada de odio / burla / desprecio que comprendí que, al menos de ellos, nunca iba a obtenerla.
Después de meditar durante algunos días (y gastar al máximo las suelas de mis zapatos de colegio Bata) decidí que me construiría una. Las semanas siguientes me las pasé observando con detenimiento todas las motos que se me cruzaban en el camino de mi casa al colegio (y viceversa). Una vez que esboce el diseño de lo que sería mi primera moto me dí, otra vez, con la sorpresa.. de que no me alcanzaba ni para el más mísero tornillo!!! Caí en una depresión profunda y en esa época no existía el Internet con sus páginas de autoayuda o el excelente post que ha colocado mi amigo bloguero Galleta en su blog personal.
Meses después caminaba en sandalias rumbo al cole (mis zapatos Bata ya habían pasado a mejor vida) me compré en un kiosco, con los ahorros de los pasajes que me daban en casa, una revista de bricolaje en la que daban consejos sobre como reciclar los elementos en desuso del desván casero. Ese fue un momento clave en mi vida (hasta esa fecha... meses después decidí convertirme en mendigo y esa experiencia sí me marcó para siempre). Cuando llegué a casa me di cuenta que habían muchos objetos que podía utilizar para armar mi moto casera: la llanta de respuesto de la silla de ruedas de la abuela, la estructura del triciclo de mi hermana menor, algunas chapas metálicas de las puertas que no necesitaba.. el motor de la máquina de coser de mi madre... al final, cuando reuní todos los elementos me percaté que faltaba el elemento que utilizaría como sillín de la moto. Por más que me devané los sesos no encontré nada lo suficientemente cómodo que me sirviera como asiento.
Esa noche mi frustración y rabia no conocían límites. Me pasé la noche en vela tratando de encontrar una solución pero todo fue en vano. Al día siguiente, mi nerviosismo se había transformado en un paroximo que se reflejó en una severa incontinencia que me obligaba ir cada 4 minutos al baño. Las largas horas que pasé sentado en el W.C. las utilizaba tratando de encontrar la forma de resolver mi problema. Y es entonces cuando me sucedió algo parecido a lo que le pasó a Newton cuando le cayó encima la manzana y descubrió las leyes de la gravitación... y al igual que el filósofo griego grité "Eureka!!"
No recuerdo qué fue de la moto que logré armar en esa época. La usé durante algunos meses pero luego, como cuento en mi primer post me convertí en mendigo y cuando volví a mi hogar la moto había desaparecido. Mi hermana menor hasta ahora no me ha perdonado todos los incovenientes que causé a toda mi familia por esta travesura juvenil. Espero que, con el paso del tiempo me haya perdonado.
Nota: no he encontrado ninguna foto de la moto que diseñé pero un diseño aproximado es el que se muestra en la foto adjunta.
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que desgraciado.. dejaste a tu familia sin water.... eso no se hace!!!!!!!!
ResponderEliminarprimero sin pan, luego sin water, que sigue??
ResponderEliminareres una joyita juan carlos y te las quieres dar de bueno, jeje
Gracias por lo de mi post. No sabía que alguien, aparte de Teresa, lo había leído.
ResponderEliminarPor otra parte...
Jajajaja. No puedo creerlo. Necesito ver una foto. ¿Cómo es que la taza no se quebró? ¿Y no te palteaba ir sobre un water motorizado?
Estimado Galleta,
ResponderEliminarEn verdad sólo les robe la tapa... la taza era demasiado pesada. Sobre si me palteaba o no usarla en mi moto?.. pues la verdad siempre me he caracterizado por ser original y no por el què diràn del resto.
un abrazo,