lunes, 2 de febrero de 2009

Mi Problema con las Mujeres


En la mañana leía el post de mi amigo bloguero Paul acerca de un interesante encuentro que no supo capitalizar. En mi caso, precisamente por eso: por tratar de capitalizar mis encuentros con las chicas, he tenido muchos problemas y hasta me quedé sin empleo.
Todo empezò el anteaño pasado, el dìa 15 de agosto del 2007. Yo trabajaba en una prestigiosa compañìa trasnacional. Estàbamos por salir de la oficina (era el piso 8) de un edificio en San Isidro cuando de pronto empezò el terremoto. Eramos 5 personas cobijadas bajo el dintel de la puerta de la oficina: 2 mujeres y 3 hombres. Una de las chicas, Leslie, empezò a llorar desesperadamente mientras que Olguita mantenìa la calma. El tiempo se hizo eterno mientras se caìan los objetos de los escritorios. En eso, mi instinto paternal (soy padre de 3 hijos) aflorò y, sin quererlo, pasè mi brazo por debajo del cuello de Leslie y empecè a darle besitos en la frente para consolarla. Ante la mirada esputrefacta del resto, esta técnica funcionó. Asì que no me cohibì e hice lo mismo con Olguita (claro que ella nunca perdiò la calma, pero màs vale prevenir que lamentar). Cuando pasó el temblor yo bajè sosteniendo a ambas chicas con mis brazos bajo sus cuellos y en cada descanso aprovechaba para darles besitos en la frente. Ya en el primer piso me di cuenta que podìa hacer algo más por el resto de chicas no sòlo de mi oficina sino de todo el edificio. Asì que, como bombero voluntario adentrándose en una casa incendiada entrè nuevamente al edificio para ayudar a las chicas que encontraba en shock. La técnica era la misma: pasaba mi brazo alrededor de sus cuellos y cuando volteaban sorprendidas a ver, les daba un besito a la frente. Ese dìa habré batidos todos mis records. En total, calculo, habré ayudado a unos 200 chicas en estado de shock.
Al dìa siguiente, dos compañeros de trabajo cuyo nombre no quiero mencionar, se la pasaron denostando mi desinteresado accionar. Hicieron tal escarnio que no tuve más remedio que irme de voluntario a Pisco por dos meses. Cabe mencionar que mi decisión de ir a Pisco fue motivada también por el enojo de mi esposa y de mis pequeños hijos pues no entendían como su padre se apareció a las 11 de la noche el día del terremoto.
Dos meses después, cuando llegué a la oficina y ver el recibimiento tan efusivo con el que me recibieron las chicas empecé a saludarlas de la misma manera: pasaba mi brazo bajo sus cuellos y les aplicaba un besito en la frente. Esto, sin embargo, motivo la envidia de mis compañeros de trabajo.. en especial de ese par de personas cuyo nombre no mencionaré. Esa misma semana aparecieron mensajes anónimos en los que me tildaban de:
a. Cogotero
b. Tío Violín
c. Viejito Eléctrico
d. Abuelito Ecológico,
entre otros epítetos no menos despreciables.
Cuando pensé que todo había quedado ahi, estos dos sujetos se la pasaron malquistándome con las chicas diciéndoles que yo las "cogoteaba" por pura lujuria y que eran una sonsas al pensar que las besaba como si fuera su "abuelito". Algunas chicas no cayeron en esta burda maniobra, pero la mayoría empezó a evitarme en cuanto aparecía por la oficina. Ante esto y ante la aparición de unos correos anónimos (esas cadenas que más parecen de leyenda urbana en la que aparecía mi foto con el mensaje: "atrapen a este violador") no tuve más alternativa que renunciar.
Meses después me enteré que estaba circulando un manual del "cogoteador profesional" en la que aparecía el nombre de quien escribe este post como el autor.
Estoy esperando tener más pruebas para iniciar las acciones legales contra las personas que se empeñaron en difamarme y malquistarme con mis compañeras de trabajo.
En fin, la moraleja es que si ven a una chica en la calle que les gusta (y sienten que son correspondidos) no corran el riesgo de que les armen un escándalo en plena calle.
En otro próximo post les contaré lo que hice cuando me quedé sin trabajo.
En la foto adjunto, a los que están interesados en aplicar mis enseñanzas, podrán ver el momento adjunto en que un cachorrito es víctima del inefable "cogoteo".

5 comentarios:

  1. Increible tu experiencia....Yo tambien he desarrollado mis técnicas para un approaching exitoso, pero tu "cogoteo" me parece genial.....jajajaja.
    Que más puedes compartir, lo aplicas sólo con jóvenes mozuelas o con alguna madurita tambien.

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  2. Gracias Chandler. A manera de cortar cualquier tipo de insinuación malintencionada te aclaro que el lema que guía mi vida es: "ni niños ni animales". Por esta vez pasaré por alto tu comentario y no haré uso de la censura pues considero que la libertad de expresión es algo sagrado.

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  3. Ok Juan Carlos,
    Me pareció entender que detrás de toda tu historia y experiencia, querías mmostrar como sacabas ventajas de la situación, pero veo todo nace por tu instinto paternal, o de abuelo quizás por tu avanzada edad.
    Voy a seguir revisando tus anécdotas....

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  4. Me da asco tus comentarios.......en verdad más pareces un viejo mañuco.
    Ubicate, respeta a los demás, a tu familia y a tí.

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