Yo Fui Mendigo

En mi primer post quiero contarles la maravillosa y terrible experiencia que vivì hace algunos años cuando decidì convertirme en lo que los gringos llaman un "homeless".. o sea, un mendigo. Tenía 18 años cuando me regalaron ese maravilloso libro de Felipe Montoro llamado "Yo Fui Mendigo". Con la audacia propia de la juventud, un día salí a comprar pan y nunca volví.... a costa de dejar sin desayuno a mi familia sobrevivì una semana racionando el pan que nunca vieron en su mesa.
Esa experiencia me permitió conocer de cerca (muy de cerca) lo que se siente no tener un hogar y no tener un sustento asegurado. Hasta ese momento yo pensaba que la vida era maravillosa y que sólo bastaba abrir la refri para saciar el apetito. Tampoco pensaba en lo dificil que es acostumbrarse a los elementos (frío, calor, lluvia, smog, etc) cuando no duermes en una habitaciòn y sobre un colchón.. sino sobre un montón de cartones. También me asombró la indiferencia de la gente hacia sus congéneres caídos en desgracia (y no hablo de los pobres animalitos abandonados que vagan por ahi).
Al cabo de un par de años mi familia (que había empapelado de afiches la ciudad buscándome) me encontró. Después de las recriminaciones del caso fui aceptado nuevamente.
Mucha gente ya olvidó este episodio en mi vida, pero yo todavía guardo algunas costumbres de ese período... como dejarme la barba.. o simplemente, cuando decido no bañarme en varios días......
En fin, esa maravillosa experiencia hizo que viera con otros ojos la vida. Ahora, cuando veo un mendigo siempre colaboro con ellos y me acerco a conversar pese a las miradas réprobas de mi mujer y mis hijos.